La alimentación saludable comienza con los nutrientes adecuados.
En los primeros años de vida, nuestros hijos crecen muy rápido. Una buena base nutricional les permitirá crecer sanos y desarrollarse bien.
Nutrientes importantes para el niño
Hay muchas partes del mundo donde los niños no reciben una alimentación equilibrada. Muchos tienen carencias de nutrientes como hierro, vitamina D, yodo y ácidos grasos como el DHA (ácido docosahexaenoico o, comúnmente, omega 3). Algunos estudios europeos muestran que los niños pequeños no consumen suficientes verduras, frutas, pescado ni fibra.
Resumimos aquí los nutrientes más importantes:
Hierro para el suministro saludable de oxígeno en la sangre y el desarrollo del cerebro
El hierro es un mineral necesario para producir sangre. Contribuye a formar la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a todo el cuerpo. Por lo tanto, el hierro es indispensable para proporcionar oxígeno a los músculos en crecimiento y favorecer el buen desarrollo del cerebro del niño. La falta de hierro puede hacer que el niño se canse rápidamente y tenga problemas de aprendizaje y de comportamiento.
Hay gran cantidad de alimentos que contienen hierro. Ofrece a tu hijo una gran variedad de alimentos ricos en hierro a diario. Buenas fuentes son: carnes (incluidas las carnes rojas), aves de corral, legumbres, verduras (es especial las de hoja verde como espinacas y brócoli), huevos y alimentos integrales. La leche de crecimiento (preparado lácteo infantil) es un alimento equilibrado nutricionalmente que contiene una cantidad de hierro apropiada.
La vitamina C ayuda al cuerpo a absorber el hierro no hemo. Por eso, intenta combinar las verduras ricas en hierro con un vaso de jugo de naranja natural o tomar, como postre, un pedazo de fruta (cítricos).
Vitamina D y calcio para unos huesos y dientes fuertes.
Nuestro cuerpo necesita vitamina D para mantener unos niveles adecuados de calcio y fósforo. Ambos ayudan a formar los huesos y los dientes, cuyo desarrollo completo se logra hacia los 20 años con la densidad ósea máxima. Por tanto, la infancia es un periodo decisivo para formar huesos sanos y fuertes. La vitamina D también es necesaria para una actividad muscular saludable y desempeña un papel importante en el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Si tu hijo no toma suficiente vitamina D, tendrá los niveles de calcio y fosfato bajos y puede que desarrolle huesos y dientes débiles.
En alimentos como el pescado graso (arenque, salmón, sardinas), los huevos (yemas de huevo), la leche y los productos lácteos se encuentran pequeñas cantidades de vitamina D. Sin embargo, el sol es la fuente principal de esta vitamina D. La leche de crecimiento (preparado lácteo infantil) contiene una cantidad adecuada de vitamina D (y calcio).
La vitamina D se produce en nuestra piel por la luz solar (rayos UVB), razón por la cual esta vitamina también se conoce como «la vitamina del sol». Si tienes una tez verde oliva u oscura, el cuerpo necesita un poco más de tiempo para producir esta vitamina.
La producción de vitamina D depende de varios factores:
- Lugar de residencia: cuanto más cerca del ecuador mayor es la radiación solar.
- La temporada: en verano hay más horas de sol que en invierno.
- La altura sobre el nivel del mar: los efectos del sol son mayores en las montañas por la altura.
- Contaminación en la atmósfera; el esmog mitiga el efecto de los rayos de sol.
Suplemento de vitamina D
Generalmente se recomienda tomar suplementos de vitamina D, especialmente a personas de piel oscura (o verde oliva) y, sobre todo, en invierno. Solicita más información a tu médico sobre los suplementos de vitamina D para niños.
Suplemento de vitamina D
Generalmente se recomienda tomar suplementos de vitamina D, especialmente a personas de piel oscura (o verde oliva) y, sobre todo, en invierno. Solicita más información a tu médico sobre los suplementos de vitamina D para niños.
DHA para un desarrollo normal del cerebro y la visión
Los ácidos grasos como el ácido docosahexaenoico (DHA) son esenciales para el desarrollo neurológico de tu hijo. El DHA es un ácido graso omega-3 de cadena larga, un componente clave para nuestro tejido cerebral y ocular. En los primeros dos años de vida, cuando el cerebro crece rápidamente, se necesita DHA. También se necesita para una función cerebral normal y para las futuras capacidades cognitivas del niño, las cuales permiten el pensamiento, el aprendizaje y la comprensión a lo largo de su vida.
El ácido araquidónico graso de cadena larga (ARA) y los ácidos grasos esenciales alfalinolénico (ALA) y ácido linoleico (LA) son fundamentales para el cerebro.
El DHA está presente en las algas, el aceite de pescado y los pescados grasos como el salmón, el arenque y la caballa. Incluye dos raciones a la semana. Ten cuidado de no darle más a tu hijo, ya que estos pescados pueden contener sustancias nocivas para el cuerpo. Consulta a tu médico sobre si debes darle a tu hijo pequeños suplementos de DHA. La leche de crecimiento (preparado lácteo infantil) es un alimento equilibrado nutricionalmente e incluye ácidos grasos como el DHA.
Yodo para el desarrollo cerebral y el buen crecimiento
El yodo es un mineral que desempeña una función vital en tu salud diaria y en la de tu niño. Ayuda al desarrollo y crecimiento de todos los órganos del cuerpo, especialmente al del cerebro.
El yodo es necesario para producir hormonas tiroideas, un proceso que tiene lugar en la glándula tiroides (situada en la parte frontal del cuello). Las hormonas tiroideas intervienen en la función celular, especialmente las células del cerebro, que son las que se desarrollan más rápidamente y las del sistema nervioso. El yodo también regula el metabolismo y el balance energético. Por lo tanto, es fundamental que tu hijo tome suficiente yodo.
Los alimentos que contienen yodo son los mariscos, los huevos y los lácteos. En muchos países se agrega yodo a la sal de mesa. El pan también puede contener sal yodada. La leche de crecimiento (preparado lácteo infantil) es un alimento equilibrado nutricionalmente que también contiene una cantidad adecuada de yodo.