¡Cuántos cambios!
Después de su primer año tu bebé aprenderá a caminar, hablar y cada vez tiene más control sobre sí mismo. Experimentarás nuevos comportamientos y grandes y emocionantes avances.
Después del primer cumpleaños de tu pequeño,te asombrarás de ver que tu hijo ha dejado de ser un bebé para pasar a ser un niño pequeño. Tu indefenso recién nacido se ha convertido en un niño que empieza a mostrar su cáracter y a tomar el mando. Cuando hablamos de niño pequeño pensamos en un niño de 1 a 3 años (la llamada primera infancia). Esta es una etapa de gran desarrollo intelectual, emocional y social. Tu hijo crece y aprende a un ritmo muy rápido, alentado y desafiado por el nuevo mundo que le rodea. Recuerda que cada niño se desarrolla a su ritmo. No te preocupes si tu hijo aún no ha alcanzado ciertos hitos evolutivos e intenta no compararlo a otros de su misma edad.
Cuando los pequeños crecen, se les abre un mundo de posibilidades. Se vuelven más autónomos y comienzan a interactuar con personas nuevas. Tu hijo puede que ya use el orinal y se cepille los dientes. Le gustará imitarte y fingir que está hablando por teléfono o conduciendo un auto. El desarrollo del lenguaje es otro momento emocionante; evoluciona cada vez más. A la edad de un año, la mayoría de los niños pueden decir dos o tres palabras comprensibles; con tres años, ya puede conversar con frases cortas.
El ritmo de crecimiento se ralentiza durante el segundo año de vida: tu pequeño puede ganar entre 2-2.5 kg al año y crecer unos 12 cm de estatura. Las habilidades motoras se van afinando. Paso a paso, el cuerpo de tu bebé va cambiando, su apariencia es más larga, delgada y fuerte. El bebé gordito y mofletudo de los primeros meses irá desaparececiendo.
El cerebro crece más rápido que casi todas las demás partes del cuerpo. A la edad de 3 años, tu bebé ha crecido muchísimo y ha producido miles de millones de células y cientos de miles de millones de conexiones celulares. La red resultante forma la base neurológica que tu hijo necesitará para el resto de su vida. De igual forma, gradualmente, se desarrolla su sistema inmunitario. Un sistema inmunitario fuerte asegura buenas defensas contra las enfermedades. La salud intestinal contribuye a un buen funcionamiento del sistema inmunológico, de hecho, alrededor del 70% del sistema inmunitario está en el intestino.