Ya antes de que nazca el bebé, el sistema inmunitario materno fortaleceel de su bebé. Durante el último trimestre del embarazo, los anticuerpos se traspasan al feto a través de la placenta. Estos anticuerpos le dan protección desde el nacimiento.

La leche materna contiene sustancias que favorecen el desarrollo del sistema inmunitario del bebé, incluidos los nutrientes e ingredientes específicos que combaten las posibles infecciones transmitidas por la madre. El calostro es la primera leche, un líquido seroso y ligeramente amarillento y muy rico en anticuerpos. Además, hay componentes en la leche materna que ayudan al bebé a crear un sistema inmunitario fuerte. Durante los primeros años de vida, el sistema inmunitario está todavía en proceso de maduración. Los beneficios a corto plazo de amamantar al bebé incluyen la reducción de infecciones del oído, diarrea, enfermedades respiratorias (como bronquitis) y eczema. Los niños amamantados tienden a tener menor riesgo de desarrollar asma, obesidad y diabetes.

Un 70% del sistema inmunitario está en el intestino, así como una cantidad enorme (unos cien mil millones) de bacterias intestinales. Estas bacterias forman la flora intestinal o microbiota. Algunos tipos de bacterias son dañinas y pueden causar enfermedades, mientras que otras son saludables: favorecen la digestión y fortalecen el sistema inmunitario de tu bebé. Cuando hay un equilibrio de bacterias benignas y dañinas, el sistema inmunitario de tu bebé está mejor preparado para «defenderse de los invasores», es decir, de los virus y las bacterias que causan enfermedades.

Durante el parto, la madre traspasa sus bacterias al bebé a través de la vagina. Así, de manera indirecta, sienta las bases para formar una colonia bacteriana en el intestino del bebé y activar su sistema inmunitario. Durante la lactancia, tus bacterias se transmiten al bebé a través de la piel o directamente por la leche materna. Todo esto ayuda al bebé a desarrollar una flora bacteriana saludable. La leche materna contiene, entre otras cosas, oligosacáridos (fibras prebióticas), que sirven de alimento a las «bacterias buenas» de los intestinos y ayudan a que crezcan y proliferen.

Cuando el colon tiene muchas de estas «bacterias buenas» (por ejemplo, las bifidobacterias), las bacterias dañinas tendrán menos posibilidades de causar una enfermedad. Aún más, las bacterias beneficiosas hacen madurar la pared intestinal, que forma parte de la primera línea de defensa del sistema inmunitario.

Amamantar a tu bebé también tiene ventajas para tu salud: menos posibilidades de diabetes o hipertensión. La lactancia también te ayuda a perder peso después del embarazo. Numerosos estudios han demostrado que la mujeres que amamantan más tiempo tienen menos riesgo de padecer cáncer. No está claro del todo cómo la lactancia puede prevenir el cáncer pero las razones podrían estar relacionadas con la variación de los niveles hormonales y los cambios estructurales en el tejido mamario. La lactancia materna también puede prevenir la depresión después del parto.